El drama de los dreamers

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Llegaron a Estados Unidos cuando aún eran niños y se les conoce como dreamers, verdaderos soñadores, que se fueron junto a sus padres buscando un mejor futuro y huyendo de circunstancias difíciles en sus países de origen, especialmente México y países de Centroamérica.

Gracias al programa «Acción Diferida para los Llegados en la Infancia» (DACA), impuesto en 2012 por el entonces presidente Barack Obama, estos niños y jóvenes han tenido la posibilidad de estudiar sin problemas legales o la posibilidad de ser deportados, eso, aunque no son ciudadanos legales de esa nación.

Se calcula que más de dos millones de jóvenes que viven en Estados Unidos, lo hacen en estatus de dreamers y tienen la oportunidad de acudir a la universidad e, incluso, emplearse de manera formal para tener un sustento económico.

Viendo las cifras, y tomando en cuenta que este sector poblacional de Norteamérica ha recibido educación hasta el grado universitario, es obvio que los soñadores son una fuente potencial de productividad para aquel país, probables médicos, abogados, maestros, ingenieros y ciudadanos, que contribuyan al bienestar nacional.

Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos, se ha pronunciado contra los inmigrantes porque, en sus propias palabras, roban los empleos que podrían ser de los norteamericanos y, además, llevan el crimen hacia ese país. Él asegura que Estados Unidos debe ser solamente para los que nacieron ahí, eso aunque ignore que la gran mayoría de los habitantes tienen raíces extranjeras, especialmente latinas, y que los latinos también han ayudado en gran parte a forjar esa nación como la conocemos hoy.

Inclusive Trump está planteando la posibilidad de eliminar DACA, lo que pondría en riesgo de ser deportados a esos dos millones de jóvenes que hoy tienen una vida hecha en ese lugar.

Graduados de las mejores universidades en ese país, los dreamers han demostrado que su vida de ese lado de la frontera no ha sido una simple casualidad, sino la oportunidad que ellos mismos encontraron para salir adelante y forjarse vidas útiles, a pesar de venir de entornos sociales donde las cosas no fueron fáciles.

No son delincuentes, mucho menos mantenidos o personas sin hogar, son simples ciudadanos que viajaron para encontrar oportunidades y trabajar, como todo el mundo, en ocupaciones dignas que les dieran sustento.

¿Quién podría asegurar que el 12% del alumnado en Harvard, de origen latino, entró solamente por su estatus migratorio?

La verdad es que los latinos están imponiendo tendencia en Estados Unidos y dejando claro que son cazadores de oportunidades, nunca vagos o malvivientes, y son también capaces de seguir haciendo crecer a ese país, si se les permite.

@lagotaderramada

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