Según la sociedad, cada día es más notable la percepción de que la desigualdad está aumentando y de que el proceso de globalización deja unos ganadores, los muy ricos, y unos perdedores: todos los demás… pero, ¿hasta qué punto es así?
La desigualdad excesiva no es deseable, ni por razones éticas ni por otras más utilitaristas. Tal es el caso de la desigualdad de ingresos, que si es muy elevada, permite que la capa más rica de la población acabe cooptando a la clase política, para que gobierne en su beneficio.
En el plano económico, supone perder el talento y aportes a la sociedad, que podrían realizar aquellas personas que se quedan sin una educación de calidad, debido a su falta de ingresos. Y si hablamos del plano social, la desigualdad dificulta la reducción de la pobreza, incluso en períodos de alto crecimiento económico, además de provocar la inestabilidad social, lo que también recae en el desarrollo económico.
Se puede decir que en países como Estados Unidos, Rusia, China o países latinoamericanos, existe un nivel de desigualdad elevado donde se muestra un índice Gini superior a 0.40 (el índice Gini, es una de las medidas de distribución utilizadas y cuanto más se acerca a 1, expresa una desigualdad mayor; cuanto más se acerca a 0, es menor). Pero es en países como en Sudáfrica, Chile, Paraguay o Colombia, donde el Gini sobrepasa el 0.50.
En Europa, la desigualdad es más moderada: Suecia, Noruega, Finlandia y Holanda, muestran un Gini por debajo del 0.03, lo que podría considerarse un nivel de desigualdad aceptable.
¿Qué se puede hacer para evitar los niveles de desigualdad? Dentro de los países, es esencial el acceso a la salud y una educación universal y de calidad, que se acerque al ideal de la igualdad de oportunidades. Hay que insistir en una calidad educativa, ya que escasea entre las capas sociales bajas. En segundo lugar se pueden potenciar las transferencias sociales, como el sistema de pensiones o el seguro de desempleo. Las políticas de empleo también son fundamentales; la conveniencia de incentivar topes máximos en las diferencias entre los salarios más altos y el salario promedio en las empresas, también debe considerarse.
Para reducir la elevada desigualdad internacional, las actuaciones más interesantes tienen que ver con la cantidad y calidad de la cooperación internacional. La vigilancia sobre la corrupción, la evasión fiscal y el lavado de dinero, también cobran un papel importante para acabar con la desigualdad.
FUENTE: Mundiario