Tinder, la aplicación de citas más popular, reúne grupos de amigos que manifiesten interés por realizar alguna actividad como: salir a un bar, ir a un concierto, además de contactar a otras personas que busquen hacer algo similar, y así organizar una salida. Tinder tiene la opción de añadir amigos desde Facebook y mezclar a las personas con otros grupos que se encuentren cerca de su zona.
“Crear conexiones en el mundo real”, fue la promesa sobre la que se fundó Tinder. Por eso la compañía trata de manera digital las formas de interacción tradicionales entre las personas, como el hecho de conocer gente, por amigos en común.
El Consejo de Inmigración de Irlanda, en colaboración con la agencia EightyTwenty, realizó una campaña para hacer conciencia en contra del ¡tráfico sexual!
La campaña recorrió todos los medios digitales como pólvora y es que consistía en crear perfiles falsos, en donde existía un denominador común; imágenes de una mujer joven, muy atractiva, quien a través de las fotos de su perfil se revela como víctima de la trata de blancas.
El Consejo de Inmigración de Irlanda explica que:
«El tráfico de personas con fines sexuales está dirigido por bandas criminales que mueven más de 200 millones de euros al año. Es importante que los hombres de todas las edades que pagan por tener sexo, tengan claras las implicaciones de sus acciones.»
Con esto, nos queda claro que esta aplicación tiene más riesgos de los evidentes, y podría ser una herramienta para los delincuentes.