Una mujer japonesa de nombre Marie Kondo, revolucionó la web desde comienzos de este año. Pese a que Kondo lleva varios años trabajando en base al orden doméstico con libros y distintas apariciones en TV y revistas, lo cierto es que su serie en Netflix, es la que ha causado gran revuelo, gracias a su determinación por eliminar cosas y lo fácil con que parece tomar esas decisiones.
¿Cómo ha sido la vida de esta experta en organización? Marie nació en 1984, en Tokio, proveniente de una familia que siempre la alentó a seguir el camino del orden. Desde los 5 años, su “obsesión” comenzó a relucir. Su primer libro fue “La técnica de deshacerse de cosas” y desde entonces fue buscando constantemente nuevas guías y orientaciones.
«Un día lo hacía con mi habitación, al día siguiente con la de mi hermano, y al siguiente la de mi hermana, después la cocina, el salón, el baño, la de mi otra amiga y, luego, la sala de clases del colegio. Creo que pasé gran parte de mi adolescencia ordenando cosas», aseveró.
Kondo entiende que para muchos nos puede resultar extraña su dedicación al orden y la organización. Y pese a esta seguridad que siente por mantener las cosas en orden, la seguridad y confianza en su vida personal no estaban tan ordenadas. Ella sentía que estaba estresada y su habitación contribuía a eso, hasta que decidió tomar una bolsa de basura dispuesta a botar todo, sin embargo, lo único que consiguió fue un colapso seguido de un desmayo, y fue aquí cuando vivió la experiencia más mística de su vida y que la convertiría en lo que hoy es.
Dos años más tarde, Kondo comenzó a trabajar en un kiosko de un santuario sintoísta y eso le permitió experimentar la espiritualidad, la que después la ayudaría a crear su propia forma de trabajo.
Posteriormente, algo cambió en Marie, y decidió formar una familia. Se casó con el empresario japonés Takumi Kawahara. La pareja tuvo dos niñas y cuando supo que estaba embarazada, la fanática del orden declaró que discutió con su esposo sobre el espacio que debían invertir, Por ejemplo, cuántos cajones debían darle a su hija. Aún así no todo le ha funcionado a la perfección y ha optado por suavizar sus sistema con las niñas.
Ahora ya no busca que sus hijas eliminen los juguetes que no usan, sino que simplemente tienen un espacio definido para almacenarlos. Al parecer, ser madre le ha hecho aflojar un poco su obsesión.
FUENTE: BioBioChile