El Capitalismo como camino a la globalifobia

En la actualidad vivimos en un momento de profunda inestabilidad financiera, y es que corremos el riesgo de que se aproxime un derrumbe económico, similar al que se vivió en “La Gran Depresión”, por allá de 1929.

Pero ¿a qué se debe esto?, la respuesta es simple: al avance del Capitalismo.

Así es, el capitalismo está destruyendo viejas industrias, modos de vida y ocupaciones, a una escala a nivel mundial, el problema es que este sistema se sostiene de una doctrina falsa y un proyecto irracional: el mercado libre.

Esta filosofía de mercado ha contribuido a la desintegración social a nivel mundial, sobre todo en Estados Unidos, donde también se han creado niveles de desigualdad, provocando que las civilizaciones no puedan convivir en paz. Al imponer el libre mercado, la globalización económica se ha convertido en una amenaza.

Organizaciones trasnacionales como son: la OMC (Organización Mundial de Comercio), el FMI (Fondo Monetario Internacional) y la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo, Económicos), han intentado imponer en las sociedades de todo el mundo, libres mercados semejantes al que maneja Estados Unidos.

El resultado fue catastrófico, ya que lo único que consiguió fue enriquecer a una minoría de la clase media y aumentar la clase de excluidos, además de afectar seriamente instituciones que destruyeron coaliciones políticas y corrompieron instituciones estatales. Todo esto debido a la modernización forzosa de las economías.

Debido a la globalización, la clase obrera ha sufrido una disminución en tamaño y sobre todo en importancia económica, no sólo por la reducción de industrias manufactureras, sino también por los cambios que han modificado a la estructura laboral.

Otra cosa que, el deterioro de la economía y la constante globalización han provocado, son;

trabajo a tiempo parcial, contratos temporales y el autoempleo, dando como resultado una gran inseguridad laboral.

Todo esto, en consecuencia, provoca la inminente pobreza para muchos, el hambre para otros tantos y el desempleo masivo para la mayor parte de la población mundial. Estos factores no son simples hechos al azar, de los que se hizo una premonición; se trata de realidades que, a lo largo de estos últimos años, se han podido apreciar.

El miedo a cambiar las economías y tratados globales de negocios, han desviado la atención de los verdaderos cambios que las economías necesitan para mejorar, y así evitar todos estos fenómenos arriba mencionados, por eso la pregunta obligada es: ¿se atreverán los países globalizados a renovar sus estrategias para fortalecer la economía mundial?

FUENTES

La Jornada

 @LAGOTADERRAMADA

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