Ellas son madres, esposas, hijas, hermanas y tías, pero en casi ningún lugar del mundo se les reconoce como seres humanos, con necesidades propias y cuya identidad no necesita ir ligada a otras personas.

En la Tierra hay más de 3 mil 600 millones de mujeres, casi la mitad de la población, con una esperanza de vida de 80 años en los países desarrollados. De ahí, la cifra va descendiendo hacia los países pobres, o aquellos donde aún hay mucha violencia contra ese sector.

Es interesante ver cómo, en pleno siglo XXI, las mujeres de casi todo el mundo aún luchan por ganar espacios y derechos frente a los hombres, únicamente por su género, aún cuando demuestran su enorme capacidad en todos los ámbitos.

En términos de salud, las mujeres también están en desventaja frente a ellos. Su principal causa de muerte, a nivel mundial, es el cáncer, seguido de las enfermedades cardiovasculares y la muerte materna, que es todo un tema en las naciones pobres.

El cáncer cervicouterino es la segunda causa de muerte de las mujeres a nivel mundial, y se asocia principalmente al Virus del Papiloma Humano, una infección que ellos transmiten sin tener síntomas. Millones de mujeres se infectan cada año, incluso por sus propias parejas, y no todas tienen acceso a sistemas de salud que traten esta enfermedad.

Por otra parte, en VIH ellas se infectan en un porcentaje un poco más elevado, debido a que están expuestas a más prácticas de riesgo, lo que incluye violaciones y abusos sexuales.

Se calcula que al menos el 35% de toda la población femenina ha sufrido algún tipo de violencia física o sexual, principalmente por parte de su pareja. Y por supuesto que, a menor nivel socioeconómico, mayor la cifra, aunque no es una determinante.

Los países en vías de desarrollo aún no solucionan el tema de la mortalidad materna. Millones de mujeres mueren por falta de prevención, por ausencia de médicos o de instrumental, o incluso por ignorancia, porque no se les da la atención requerida.

En una buena parte del mundo, las mujeres aún son un sector vulnerable, viven discriminación, pero además, se ven obligadas a volverse jefas de familia cuando su pareja las abandona. Solamente en México más de nueve millones de mujeres están solas al mando de su hogar, lo que implica hacerse cargo de la educación y del sustento de sus hijos, sin ningún tipo de ayuda externa.

@LAGOTADERRAMADA