Los seres humanos aún no estamos suficientemente evolucionados como para entender las diferencias, las necesidades especiales y las particularidades de cada grupo o sector.
En un mundo que avanza a pasos agigantados y se precia de ser cada vez menos humano, la discapacidad es todo un tema porque no encaja en la modernidad y tampoco en un sistema social que quisiera decirse a sí mismo perfecto, aunque esté muy lejos de serlo.
El 15% de la humanidad, algo así como mil millones de personas, padece alguna clase de discapacidad, aunque en la mayoría de los países se carece de mecanismos institucionales que les otorguen garantías, calidad de vida o medios para desarrollar a este tipo de personas.
Mientras tanto, en México el panorama no es mejor. Muy pocas ciudades en el país han implementado infraestructura útil para la discapacidad, mientras el resto vive ignorando que ahí también habitan personas con capacidades especiales, que requieren moverse, estudiar, trabajar y ser independientes, en la medida de lo posible.
Todo lo anterior nos hace pensar que vivir en la era de la tecnología no nos ha servido de nada. Tanto acercamiento virtual no nos ha educado para entender a los demás y tampoco para ser empáticos frente a sus necesidades.
El famoso “Teletón” es una idea reproducida en varios países, bajo la tutela de grandes televisoras, cuya única premisa es sacarle dinero a los espectadores a través de la manipulación, la culpa y la lástima.
Más que un modelo de conciencia social, este tipo de programas son un modelo de negocio que nos hablan de lo errados que estamos como humanidad. Los discapacitados, en cualquier país, no deberían necesitar de la lástima de las demás personas para progresar o tener tratamientos, es el mismo sistema el que debería proveerlos para que tuvieran más oportunidades de vida.
Aunque al final, gracias a esos donativos ficticios, la sociedad se lava la conciencia, alimenta su ego y puede vivir tranquila por un tiempo más, mientras ignora que está muy lejos de hacer un bien y beneficiarse a sí misma.