Los jóvenes entre 14 y 16 años perciben un escaso apoyo por parte de sus padres y docentes en sus actividades en la red. En un mundo en el que los bullies y las noticias falsas se difunden a diario por Internet, enseñar a los jóvenes a cuestionarse si una información es verdadera, es todo un reto para la sociedad.
En los resultados de la Investigación: “las TIC y su influencia en la socialización de adolescentes” se han obtenido, a través de 1,624 entrevistas por computador, a jóvenes de 14 a 16 años. Cerca del 90% de los adolescentes disponen de 2 a 5 dispositivos digitales personales y el 83.6% reconoce un uso muy habitual del móvil.
Los adolescentes son autodidactas, y afirman tener un amplio manejo de las competencias digitales. El 83% indica que tiene bastantes, o mucho más habilidad que sus padres, y el 59.8% que sus docentes. Los centros educativos enseñan, sobre todo a los adolescentes, habilidades digitales relacionadas con la edición de textos, mientras que el 76.7% de los alumnos, afirma haber recibido formación sobre la creación de presentaciones, en programas como Prezi o Power Point.
Tenemos el ejemplo de Manuela Umbría: “Hay fake news por todas partes. Cuando ves investigaciones que dicen que un alimento es cancerígeno o bueno para la salud, tienes que ver quién ha financiado ese proyecto”, afirma.
Para detectar estas noticias falsas, Manuela navega en internet, visitando varias webs diferentes y busca quién apoya estos proyectos.
Nueve de cada diez adolescentes afirma tener un perfil propio en redes sociales. Usan sus cuentas, fundamentalmente, para sentirse integrados en el grupo. Prefieren Instagram para publicar y ser vistos, y Youtube para consumir contenidos, pero también utilizan Twitter para seguir a sus ídolos, y Facebook como plataforma para juegos y mantener amistades lejanas. Whatsapp, el servicio de mensajería instantánea, les sirve para el contacto diario con amigos y familiares.
Manuela Umbría considera que deberían darse charlas más productivas: “Por ejemplo, ya sabemos que hay ciberbullying y que es muy peligroso, pero no nos dan soluciones o contactos a los que podamos acceder”.
Para atajar este problema, es fundamental la comunicación entre jóvenes y adultos.
Fuente: El País