Hoy en día, para nosotros los mexicanos es normal pensar e incluso sufrir algún tipo de crimen, ya sea algún robo en la calle o algún asalto en cualquier tipo de transporte público, inclusive en nuestro carro. Es la realidad que tenemos que sufrir en la CDMX, y lamentablemente esto no es algo exclusivo de la capital, sino también de cualquier estado.
Algunos estados son más seguros y otros más violentos, sin embargo, en todos se vive una onda de violencia preocupante.
La violencia no es exclusiva de México, muchos países en diferentes continentes también viven día a día la inseguridad en las calles.
Es difícil imaginarnos un lugar donde no existan crímenes, sin embargo, si existe. ¡Así es!, nos referimos a Islandia. A pesar de tener una población de 320,000 habitantes, tiene un bajo índice de criminalidad. Tan seguro es, que los policías no portan ningún tipo de arma de fuego.
Los padres se sienten seguros de dejar a sus hijos jugando en la calle, gracias a que los crímenes violentos son casi inexistentes y es que, según el informe global de homicidios de la Oficina de Naciones Unidas contra la droga y el delito, la tasa de homicidios en Islandia subió por encima de 1.8 por cada 100,000 habitantes.
Una teoría muy importante y razonable, que explicaría el bajo índice de criminalidad, es que casi no hay diferencia entre la clase alta, la clase media y la baja. Lo que hace que la tensión económica entre clases sea casi inexistente.
El 1.1% pertenece a la clase alta, mientras que el 1.5% pertenecen a la clase baja. El 97% restante se identifica como clase media o trabajadora.
Tanta es la igualdad, que los hijos de los “magnates” asisten al mismo colegio que el resto de los niños.
Además, no es nada fácil conseguir un arma de fuego; para adquirirlas, los habitantes tienen que pasar por un proceso que incluye examen médico y una prueba escrita. Los policías tampoco están armados, los únicos agentes que portan armas son los de la fuerza especial llamada “Escuadrón Vikingo”, que actúa en muy pocas ocasiones.
Otro factor relevante es que, por parte de los ciudadanos de entre 15 y 64 años, el consumo de cocaína, éxtasis y anfetaminas está por debajo del 1%. Los ciudadanos tienen el hábito de denunciar los crímenes, ante cualquier indicio, antes de que la situación empeore.
No cabe duda que debemos aprender mucho de Islandia, y así combatir la cada vez más alarmante y creciente inseguridad alrededor del mundo.
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