Era el año 2009 cuando la paz de la humanidad se vio perturbada por un rumor que se extendió por cada rincón del planeta: un extraño virus, mortal e incontrolable, se expandía en cuestión de horas y cobraba la vida de millones de personas.
Suena a película de suspenso, pero eso era lo que anunciaban noticieros de televisión, radio, periódicos e Internet, en aquellos convulsos días.
A casi diez años de distancia, no se olvida la época en que todos salimos a la calle usando tapabocas y con miedo a morir por un ataque de influenza fulminante. Aunque viéndolo a la lejanía, ya suena más a leyenda urbana que a algo que en realidad sucedió.
Ébola, influenza, gripe aviar, gripe porcina, ¿cuántas enfermedades mortales se han vuelto un asunto de pánico público en el último siglo?, ¿y por qué somos víctimas constantes de cosas que no vemos, no sentimos y tampoco nos afectan?
La tendencia de los medios de comunicación en el siglo XXI, es a generar terror entre la población, un miedo absurdo a lo desconocido que provoca compras masivas de medicinas, seguros de vida y toda clase de artículos creados para aprovechar el pánico.
La famosa influenza AH1N1 mató, en cifras oficiales, a poco más de medio millón de personas en todo el planeta, un dato no tan alarmante si tomamos en cuenta que el miedo causado por esta supuesta enfermedad, tiró la Bolsa de Valores, elevó el precio del dólar y hasta causó una crisis económica que tuvo consecuencias posteriores muy importantes.