Sabemos que la eutanasia es la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente desahuciado, con la intención de evitar sufrimientos. El concepto se asocia a la muerte, para evitar el sufrimiento físico.
Podemos decir que existen dos tipos de eutanasia; la llamada eutanasia directa que es aquella que define al proceso de adelantar la muerte de una personas que tiene una enfermedad incurable. Por otro lado tenemos el concepto de eutanasia indirecta, donde se suministran medicamentos, que intentar revocar el dolor y el sufrimiento de los pacientes, mismos que pueden traer como consecuencia la muerte no intencionada.
Cabe destacar que la eutanasia es ejecutada por los médicos, con el apoyo de los familiares del enfermo. Sin embargo, hay casos en los que el paciente se encuentra en condiciones de elegir sobre su propia vida y solicita la eutanasia.
No cabe duda que esta práctica, despierta todo tipo de debates. Los que la defienden, aseguran que evita el sufrimiento de la persona. Los detractores consideran que nadie tiene derecho a decidir cuándo terminar la vida del prójimo.
Tal es el caso de Ramón Sampedro, uno de los casos más sonados. Ramón quedó tetrapléjico a los 25 años y en varios intentos pidió la eutanasia y el suicidio asistido, pero los tribunales le negaron sus reclamaciones. Fue así como tras 30 años de estar postrado en una cama, totalmente inválido del cuello para abajo, decidió acabar con su vida el 12 de Enero de 1998.
Sampedro luchó para que le dejaran morir en paz, para que no le obligaran a vivir en contra de su voluntad. Presentó diversas demandas en los juzgados de Barcelona y La Coruña. Argumentó el derecho de cada persona a disponer de su propia vida, estando incapacitado para cometer suicidio. Ramón dejó una nota que decía lo siguiente:
“El derecho de nacer parte de una verdad: el deseo del placer. El derecho de morir parte de otra verdad: el deseo de no sufrir. La razón ética pone el bien o el mal en cada uno de los actos. Un hijo concebido contra la voluntad de la mujer es un crimen. Una muerte contra la voluntad de la persona también. Pero un hijo deseado y concebido por amor es, obviamente, un bien. Una muerte deseada para liberarse de un dolor irremediable, también.”
Otro caso es el de José Antonio Arrabal, un hombre de 58 años, al que le habían diagnosticado esclerosis lateral amiotrófica (ELA), y también se quitó la vida.
No cabe duda que quizás pueda ser un acto “cruel” ante los ojos de los demás, pero es una liberación para las personas que sufren o que han perdido la libertad de hacer las cosas por ellos mismos y requieren apoyo, hasta para comer.
La eutanasia es un tema delicado, sin embargo existen cinco países y algunos estados de EEUU, que permiten la eutanasia como un acto legal, entre esos países se encuentran:
- Holanda.
- Bélgica.
- Luxemburgo.
- Suiza.
- Colombia.
- Estados Unidos.
Fuente:
La gota derramada 