La sociedad mexicana es intolerante y discriminatoria. Su racismo no tiene que ver con alguna etnia, sino con la estratificación social. México, desde hace muchos años, demuestra que aún permanece “el clasismo”, y está lleno de soberbia, autoritarismo e impunidad.
A lo largo de la historia mexicana se ha destacado la intolerancia religiosa, política, social, sexual e ideológica y hemos optado por algunas expresiones para referirnos con cierto desprecio a las personas, como por ejemplo: naco, chusma, gato, guarro, lépero, pelado, y sobre todo, indio.
Pero, ¿se han preguntado de donde viene esta forma de desprecio?
El mestizaje impidió el racismo, pero no el clasismo, y esto fue a partir del siglo XVIII, la época de un México Virreinal. El virrey Juan Ortega y Montañés, quiso “erradicar” a los viciosos y vagos, que en ese entonces se les decía “léperos”. Todos estos se encontraban en las calles de la Ciudad de México, y el virrey tomó una medida innecesaria y empezó a ¡imponer multas y cárcel a quienes mendigaran!
Quizá algunos podrían pensar que era porque estaban en el siglo XVIII, el de un México virreinal marcado por la desigualdad. Pero dos siglos después, en el México independiente, seguía persistiendo este problema, ya que durante las fiestas del “Centenario de la Independencia” en 1910, ya en “plena modernidad”, Porfirio Díaz llegó a plantear la propuesta de retirar a los “pobres” de las calles para que lucieran maravillosas, frente a todos los visitantes extranjeros.
La paradoja es que México presume ese mestizaje como una especie de mezcla superior. Pero ese mismo mestizaje es fuente oculta de vergüenza, si es que el color es más inclinado hacia el “oaxaqueño que al madrileño”, como algunas personas dicen:
“Está bien ser mestizo, pero mejor con tonalidad más clara que oscura, de preferencia, porque así se mejora la raza.”
Nos damos cuenta de que las grandes diferencias sociales que permanecen en el país, son por la falta de oportunidades, así como las malas ideologías de la mayor parte de la sociedad. Debemos acabar con el México de las “Ladies” y los “Mirreyes”, que ya no sea ese México clasista de: “Que naco”, o el de “Eres un indio”, porque es deplorable esta situación y se convierte en un obstáculo más para el desarrollo de un país moderno.