Xi Jinping es el secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China, presidente de la Comisión Militar Central y, desde el 14 de marzo de 2013 se comprometió a proteger al pueblo chino y a liberarlo de la corrupción.
Cinco años después, puso en marcha la campaña anticorrupción en el interior del Partido Comunista, y actualmente es una de las más importantes y conflictivas iniciativas de este gobierno.
Desde principios de este año, la “depuración” consiste en una nueva y poderosa herramienta: el “liuzhi”.
“El liuzhi es un sistema de detención especial para funcionarios acusados de corrupción, que habilita a tenerlos confinados e incomunicados en lugares secretos, por hasta seis meses.”
En Marzo del año pasado el gobierno de china puso en vigencia una nueva Ley de Supervisión Nacional , que incluyó la creación de la Comisión Nacional de Supervisión, un nuevo ente con la capacidad para investigar a cualquier sospechoso de corrupción con cargos públicos, incluidos funcionarios y gerentes de empresas estatales.
El liuzhi tiene algunas “mejoras”, por ejemplo: las detenciones tienen un límite de tiempo de tres meses, extensible por tres meses más. Las familias y los empleadores de los detenidos deben ser notificados dentro de las 24 horas. Y debe haber registro fílmico de los interrogatorios.
Sin embargo, los detenidos no tendrán garantías de acceso a abogados. y sus arrestos también se llevan a cabo en ubicaciones “secretas”.
Fuente: El perfil