El matrimonio tradicional está en extinción. La mayoría de los países desarrollados están viviendo enormes crisis sociales por el aumento de los divorcios. Con todos los avances tecnológicos, médicos y las facilidades hogareñas, hoy en día, las familias en lugar de unirse todos los días, pasa todo lo contrario, ya que, por sentimientos como el odio, egoísmo, falta de amor y comprensión, y el deseo de realización, los matrimonios se encuentran en peligro de extinción; para vivir solamente en unión libre.
En España, por cada diez bodas, se producen siete divorcios. La cifra de enlaces está en continuo descenso y la de rupturas comienza a manifestarse por la mejora de la economía. En la última década, las bodas civiles disminuyeron un 25%, y las religiosas un 52%. Esta cifra crece lentamente, pero de manera constante. Por ejemplo, en España, cada cinco minutos, un matrimonio se rompe ya que, el cambio de papel de la mujer ha sido decisivo.
Ahora existe la libertad de la mujer en el ámbito profesional, lo cual le permite conseguir una independencia económica ligada a un estilo de vida ya sea como soltera, viuda o divorciada. Esta situación rompe con la antigua imagen de la mujer sumisa, la que soportaba infidelidades, violencia, o que simplemente, no estaba enamorada de su marido y solo estaba con él por la dependencia económica. Varios medios informan que este cambio tuvo lugar aproximadamente hace unos cuarenta años en Occidente, mientras que en los últimos años comienza a suceder en países como India o China.
Hoy en día, ya no es como en los cuentos de hadas así que, ¿cómo podrán creer en el matrimonio todos esos niños que ven que el amor y la fidelidad existe “hasta que la muerte los separe”, si solo se mantuvieron, hasta que el divorcio los separó?