La bicicleta es un instrumento común y recurrente en los países del Primer Mundo y cuyas ventajas, principalmente ecológicas y económicas, son ignoradas en el Tercer Mundo. Irónicamente, las naciones más ricas están ahorrando dinero en combustibles y combate al cambio climático, sólo dándole infraestructura a la población para que pueda utilizar la bicicleta, como un medio de transporte limpio, económico, seguro y saludable.
Mientras tanto, los países con recursos más limitados siguen obligando a sus habitantes a destinar sus ingresos, para pagar combustible costoso y contaminante, además de todos los impuestos que conlleva tener un auto.
¿Qué le falta a México para consolidar a la bicicleta, como el sistema de transporte que salvará a los ciudadanos y les dará una mejor vida?
Al menos 20 millones de mexicanos usan la bici como su sistema de transporte predilecto, mientras los otros 100 millones viven atorados en el tránsito vehicular; Copenhague, Dinamarca, es una de las ciudades con más ciclistas del mundo, ahí las bicicletas superan en número a la cantidad de habitantes, hay casi 600 mil de ellas circulando a diario.
Claro, Dinamarca es uno de los países más ricos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo, Económicos (OCDE) y estando en esa posición, puede destinar muchos recursos a infraestructura ciclista adecuada, además de no sostener su economía con la venta de combustibles fósiles.
A los mexicanos, en cambio, nada más no nos termina de cuadrar este asunto de la bicicleta. Somos uno de los países con mayor obesidad en el mundo, no tenemos cultura vial en ningún sentido; por supuesto que al gobierno le conviene que sigamos comprando gasolina, y endeudándonos por años para comprar automóviles.
Encuestas de mercado revelan que la mitad de los habitantes de la Ciudad de México, no se sienten seguros usando la bici como transporte, debido a que no existen los carriles adecuados, ni los señalamientos que podrían prevenir accidentes.
¿Será entonces que la bicicleta, un instrumento sencillo y que fue inventado para la clase popular, es hoy un objeto exclusivo de los países ricos?
En la medida en que el cliente pide, es como funciona el mercado. Si los mexicanos no empiezan a cambiar su mentalidad y a tomar las calles para su beneficio, entonces seguiremos atorándonos entre el humo de los escapes y el ruido incesante de los motores.
México es un país pobre, enfermo, y esclavo de las grandes multinacionales, que le venden a los habitantes comida para que engorden, vehículos para que no se muevan y combustibles para que se ahoguen en contaminación. Quizá ya va siendo hora de cambiar ese patrón.