Este trastorno va más allá de la timidez. Se presenta cuando las personas tienen miedo a ser juzgadas por los demás o evitan conocer gente nueva. Estas situaciones hacen la vida de las personas mas difícil, debido a que impiden la sana convivencia en lugares como son el trabajo o la escuela.
Este es un problema de salud mental, Se caracteriza por tener el constante temor de ser observado y juzgado, afectando el trabajo, la escuela e inclusive otras actividades cotidianas. A pesar de las dificultades para progresar socialmente, esta fobia no detiene a las personas que lo sufren, a alcanzar su potencial y de hecho existen tratamientos que pueden ayudar a superarla.
Los síntomas que presentan las personas que sufren de este síntoma son:
- Enrojecerse, sudar, temblar, o sentir que el corazón les late muy rápido.
- Tener náuseas o malestar estomacal.
- Mostrar una postura corporal rígida, hacer poco contacto visual o hablar con una voz sumamente baja.
- Sentirse asustados al estar con otras personas, especialmente si aún no las conocen, también se presenta dificultad para hablar con ellas.
- Tener mucho miedo de que otras personas las juzguen.
- Evitar los lugares donde hay otras personas.
A pesar de que aún no se sabe con certeza qué es lo que causa este trastorno, se cree que es hereditario. Los investigadores han descubierto que el temor y la ansiedad involucran varias partes del cerebro, también piensan que una mala interpretación de la conducta ajena, puede jugar un papel muy importante en generar o empeorar la ansiedad.
Para curar esta fobia, es importante acudir a un médico explicándole los síntomas, para que le hagan estudios, y el médico pueda asegurarse que las causas no son debidas a problemas físicos. Probablemente sea referido a un especialista de la salud mental, ya sea psiquiatra, psicólogo, trabajador social clínico, o inclusive un consejero.
El primer paso es establecer un diagnóstico eficaz, por lo general la ansiedad social se trata con psicoterapia (terapia de “diálogo”), medicamentos o una combinación efectiva de ambos.
Otra alternativa, es acudir a grupos de apoyo, en donde todas las personas que sufren del trastorno, pueden recibir información imparcial y honesta sobre cómo los demás en el grupo los perciben. Lo que les ayuda a darse cuenta que sus pensamientos acerca de cómo otros los “juzgan” o “rechazan”, no son reales o están distorsionados.
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