¿Te sientes un feo troll del bosque? No estás solo, millones de personas en el mundo se sienten como tú y quisieran usar bolsas de papel en lugar de cara.
Se sabe que más del 80% de las adolescentes se sienten feas, sin importar el sector socioeconómico al que pertenezcan, los estudios, o el país en el que vivan. La fealdad es un asunto del siglo XXI y no es que cada vez nazcan personas menos agraciadas, es que los cánones de belleza son irreales, absurdos, pero tienen enorme penetración en nuestras vidas, gracias a los medios de comunicación.
Hoy es cada vez más normal que detestes lo que ves frente al espejo, y no porque sea realmente horrible, sino porque el mensaje mediático es que debes querer ser como las estrellas de cine o de revista, con medidas que no son humanas, ropa que está fuera del alcance de la mayoría y un lifestyle de ficción.
Somos feos porque no encajamos en los moldes, porque somos humanos víctimas del paso del tiempo, del cansancio, de la rutina y de la naturaleza verdadera. Casi nadie en este mundo es modelo de revista ni tiene el color de piel, las medidas o el porte de quienes adornan las publicaciones.
El siglo XXI es la era de la superficialidad, la mentira y el desconocimiento del propio cuerpo, fomentado por el ciberespacio. No seas quien eres, no vivas como quieres, no te conformes con tu reflejo y busca ser siempre como otros, aunque signifique olvidar tu esencia y abandonar tu amor propio.
Mensajes como esos son peligrosos, sobre todo para las nuevas generaciones que viven confundidas entre el mar de información que tienen al frente, y la ausencia de modelos a seguir, que sean reales y con contenido.