Tecnólogos contra la tecnología

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Expertos en gadgets y trabajadores de las empresas de Internet más grandes del mundo, está alertando sobre el daño de la tecnología en la vida de los niños.

Steve Jobs, Ellon Musk y Bill Gates criaron a sus hijos en vidas alejadas de las pantallas, los teléfonos celulares y las redes sociales; es irónico, pero interesante, que los grandes gurús de la tecnología hayan alejado a sus propias familias de lo que ellos inventaron.

Estos genios, en sus propias palabras, prefirieron llenar la vida de sus hijos de libros, juegos al aire libre y muchos recuerdos de infancia, que les aseguraran un futuro emocional mucho más saludable.

La adicción a la tecnología en los más jóvenes ya es un problema de salud pública, niños y adolescentes ya no saben hacer relaciones humanas, no se comunican y están muy poco interesados en el mundo de afuera, porque la tecnología, aparentemente, se los ha dado todo, antes siquiera de terminar la escuela.

El siglo XXI es la era de los autómatas, personas que viven desconectadas emocionalmente porque viven siempre conectadas a la red, y así dirigen caminos a la depresión y el suicidio.

En Japón el problema es tan grave que existen los famosos Hikikomori, jóvenes adictos a los gadgets, que han elegido dejar de salir a la calle para estar 24 horas pegados a sus computadoras, tablets y teléfonos celulares.

Organizaciones internacionales en temas de salud, se han pronunciado por dar un uso limitado de los aparatos en menores de edad, priorizando por encima de ello la educación, la convivencia familiar y el juego real, no a través de una pantalla.

Quienes vivieron hace 40 o 50 años pueden afirmar que la infancia de esa época, en prácticamente cualquier país, fue totalmente distinta a la de los niños de la actualidad. Sin importar el poder adquisitivo, la región o la religión, en casi todos los casos había padres pendientes de sus hijos, que ocupaban hasta el mínimo de tiempo libre en educar, escuchar y compartir con ellos, y por supuesto, no recurrían a aparatos para delegar sus responsabilidades en casa.

El hecho de que los niños del siglo XXI tengan Facebook, Netflix, Youtube o iPad, no los está haciendo más felices y por supuesto que tampoco más productivos. Eso solamente está criando seres humanos más solitarios, desilusionados y sin ganas de vivir.

@LAGOTADERRAMADA

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