Una organización de sondeos, calculó que el 63% de la población cree en la astrología o en la adivinación del porvenir, y además, también se toman muy en serio el concepto del «mal de ojo”. Alexander Sheps (famoso adivinador) confesó que entre sus clientes se encuentran banqueros, políticos muy famosos, gente conocida, sacerdotes ortodoxos que, a pesar de que rezan y creen en la iglesia, se han acercado a él para resolver sus problemas.
Los adivinos y las ciencias ocultas son oficialmente anatema para la iglesia ortodoxa, sin embargo, no es sorprendente que mucha gente le tenga fe a los “charlatanes” del futuro. Hay personas que piensan que la existencia del chamanismo y otras fes no cristianas, ayudan a entender la atracción que sigue teniendo el culto de la adivinación.
“Nadie puede obligar a una persona a ser lógica. Es por eso que ingredientes completamente incompatibles, coexisten en la mente de la gente.”
Le han dado tanta importancia y creencia a este “arte” que, incluso autoridades soviéticas han intentado, en secreto, aprovechar los “poderes” de los adivinos para localizar submarinos nucleares o para leer documentos secretos guardados en cajas fuertes.
También han utilizado la adivinación para resolver crímenes, tal es el caso del detective Dmitry Bykov, que al encontrarse en el caso de un asesinato, del que no tenía ninguna pista, llamó a una psíquica a la escena del crimen.
Para el psicoterapista Dmitry Olshansky, la creciente popularidad de los adivinos está ligada a la crisis económica:
“La gente se siente insegura. Quiere depender de alguien. Necesita una figura paterna un hombro o alguien que les diga cómo vivir y qué hacer.”
No sabemos si en verdad funcione, pero lo que sí sabemos es que cada día hay más personas que creen y acuden a este tipo de “prácticas”, porque les brinda un poco de esperanza y aunque quizás no siempre escuchan lo que quieren, al menos les brindan una respuesta.
FUENTE: BBC