VPH: el compañero que podrías traer entre piernas

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Casi todos han temido, a lo largo de su tortuosa vida sexual, cosas como un embarazo inesperado o una invasión de granos verdes en las partes pudendas. Aunque la verdad, hay cosas mucho peores a las que temer, cuando de los actos amatorios hablamos.

El Virus de Papiloma Humano (VPH) es la infección de transmisión sexual más frecuente en el mundo, y está presente en casi el 80% de la población sexualmente activa. Sí, si ocho de cada diez están infectados, a lo mejor tú también lo estás y no te habías enterado.

El problema con este padecimiento es que en los hombres es casi imperceptible y en las mujeres puede evolucionar hasta convertirse en un cáncer mortal. ¿Cómo protegerse de algo que no se manifiesta, y se propaga como si fuera gripe?

Además, el VPH parece ser una enfermedad profundamente machista porque las mujeres son sus principales víctimas, millones de millones de ellas fallecen cada año por esta causa y la conciencia respecto a la protección durante las relaciones sexuales es casi nula.

Sobre todo en los hombres, dada la ventaja que tienen de no manifestar síntomas en la mayoría de los casos, el interés en la prevención es casi inexistente y queda únicamente en la negociación de ellas el uso del condón, como principal barrera de protección.

Prácticamente cualquiera que haya tenido relaciones sexuales puede tener VPH y no saberlo, además de las enormes posibilidades de que haya ido por ahí infectando al resto de sus parejas. Porque sumado a las estadísticas, que ya son bastante alarmantes, vivimos en una época en la que el intercambio de compañeros sexuales es común y normal, con todos los riesgos que eso conlleva.

Ahora ya no solamente hay que temer al SIDA, también el VPH es un enemigo mortal, y que se ha propagado rápidamente en los últimos años, tanto que ni siquiera la ciencia tiene métodos 100% efectivos de detección.

El mundo está realmente infectado y no se vislumbra la reducción de estas cifras a mediano plazo, más bien parece que le está ganando la batalla a la humanidad, y poco a poco se convierte en epidemia.

También, quizá por una cuestión de educación y apertura hacia esta clase de temas, se sabe que las cifras de infección son más altas en los países en vías de desarrollo, donde incluso, asuntos como el uso del condón, todavía se negocian y no entran de lleno en la cultura de la población, menos aún costumbres como las revisiones médicas o la prevención de enfermedades en las mujeres.

@lagotaderramada

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