El trabajo infantil es un mal que está en la mayoría de los países en desarrollo, y no ha podido erradicarse por las condiciones de desigualdad y pobreza.
Con base en un estudio que realizó el INEGI, se dice que cerca de 2.5 millones niñas, niños y adolescentes, entre los 5 y 17 años, laboran en México, de los cuales, 45.9% de los menores ocupados, ¡no recibe un ingreso!, y el 29.3% trabajan 35 o más horas a la semana.
Pero, ¿qué se entiende por trabajo infantil?, la Organización Internacional del Trabajo, nos dice lo siguiente:
“Suele definirse como todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico.”
Hoy en día, hay 3.6 millones de niños, niñas y adolescentes entre los 5 y 17 años de edad, que ya se encuentran trabajando, de acuerdo con el Módulo sobre Trabajo Infantil de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, “ENOE 2007”, lo que equivale al 12,5% de la población infantil de este mismo rango de edad, y de ellos, 1.1 millones son menores de 14 años; es decir, ¡no han cumplido con la edad mínima! para trabajar, marcada por la Ley Federal del Trabajo.
Esto aparentemente muestra que el gobierno aquí en México no logra entender, que resolver el problema del trabajo infantil no es una cuestión de firmar leyes y acuerdos, sino que la problemática del trabajo infantil ya es una cuestión de desarrollo económico y de la calidad de las instituciones económicas en el país.