En el pasado mundial de Rusia, no sólo ganó una selección que nos enseñó sobre fútbol, sino que también aprendimos sobre una importante lección que nada tiene que ver con el deporte. Se trata de un triunfo para todos los inmigrantes del mundo.
La victoria de la Selección Francesa sobre la Croata, representa una victoria para África y los inmigrantes en todas partes. El éxito de los franceses es significativo por el sentimiento anti-inmigrante que éste produce, especialmente contra los inmigrantes africanos, que ha caracterizado a la sociedad francesa en las últimas dos décadas.
En 2005, la tensión racial azotó los suburbios de París, a raíz de la muerte de dos adolescentes que murieron electrocutados cuando se escondían de la policía, en una subestación eléctrica. Justo unos meses atrás, hubo disturbios a dos horas de París, después de que un joven inmigrante guineano, muriera a tiros, tras ser detenido por la policía.
Los enfrentamientos por la brutalidad policial, las oportunidades económicas y la justicia racial, influyen en el debate público en Europa y Estados Unidos, sobre quién merece el derecho a ser ciudadano. Los inmigrantes con raíces africanas habitan en las diferentes comunidades francesas, sobre todo en áreas que requieren mano de obra dura, en la mayoría de las ocasiones, mal remunerada y de alto riesgo.
La selección Francesa que ganó el mundial, cuenta con al menos 15 jugadores de origen africano, incluida la estrella Kylian Mbappe, de madre argelina y padre camerunés. La composición panafricana del equipo, contribuye en gran medida a ayudar al mundo a frenar los gritos racistas contra jugadores negros.
La diversidad racial y étnica del equipo francés, nos dio otra lección más optimista sobre inmigración, globalización y ciudadanía. Mientras a los jugadores se les aclama como “héroes”, los afrodescendientes siguen siendo discriminados por el color de su piel. Un gran número de inmigrantes africanos, incluidos los que huyen de las diferentes zonas de guerra, se enfrentan día a día con la dificultad de lograr entrar a Francia junto con sus familias.
La composición de este equipo representa una poderosa respuesta contra la construcción de muros y centros de detención, para detener a las poblaciones inmigrantes.
Los Campeones del Mundial nos recuerdan a todos que nos encontramos en una era de globalización, donde la diversidad racial y étnica, representa una fortaleza a todos los niveles de la sociedad.
Fuente:
La gota derramada 