Los mexicanos no estamos sometidos simplemente a 8 o 10 horas del trabajo; si contamos el tiempo de traslado nos damos cuenta que al día empleamos de 12 a 14 horas trabajando. Sin contar el trabajo realizado fuera de los horarios de oficina.

La sociedad laboral es también una sociedad en plena revolución y aún no hemos aprendido cuáles son nuestros límites. Victoria Conesa, psicóloga y coach especialista en gestión del estrés, opina que “actualmente un 20% de los trabajadores que han asistido a sus pláticas o talleres, están en la franja alta de vulnerabilidad y riesgo; hace 10 años, el porcentaje era de un 5%”.

Por un lado, la facilidad de comunicación instantánea hace que no seamos capaces de respetar los tiempos de los demás, y vivamos en una especie de jornada laboral eterna; aunque por otro lado, la tecnología nos condena a la obsolescencia cada poco.

Los expertos sostienen que las nueva tecnologías son grandes aliadas, aunque acaban imponiendo un ritmo de trabajo “que nos conduce a procesar mucha información en poco tiempo”. Otra de las grandes desventajas es que concebimos trabajar fuera del horario de trabajo, o responder a mensajes (del trabajo) en nuestro tiempo de descanso, como una muestra de compromiso y efectividad, convirtiéndose en un círculo vicioso.

La falta de tiempo, mensajes laborales a deshoras, novedades o actualizaciones, que llegan a veces con poca información al respecto y poca definición, son las que nos conducen al estrés, y a sentir la necesidad de tener que tomarnos una tarde o incluso un día libre para sobrellevar la ansiedad.

Aunque los trabajos cada vez requieren más esfuerzo mental que físico, no somos capaces de respetar una demanda de descanso mental, con la misma facilidad que respetamos una demanda de descanso físico. Es decir, si faltamos a trabajar porque tenemos gripa o fiebre, la empresa lo entenderá, sin embargo, si pedimos ese tiempo debido a cansancio mental o estrés, el entorno laboral se enervará.

Debemos descansar, no cuando estamos al borde del colapso, debemos tomarnos un tiempo para prevenirlo. Las empresas deben ser razonables y admitir que un trabajador se tome un día libre para evitar el estrés.

FUENTE: El País

 

@LAGOTADERRAMADA