El gobierno de la India está implementando una nueva materia en las escuelas de educación básica. Se trata de una clase en la que se tocan temas como la felicidad, el amor propio y la autoestima, para que niños y niñas tengan un desarrollo emocional más saludable.

No es sorprendente, pues India tiene uno de los mejores niveles educativos del mundo y su población es, en razón de lo mismo, una de las más felices en todo el globo.

La educación formal y tradicionalista no contempla este tipo de materias, debido a la creencia de que, lo enseñado en la escuela, debe preparar para entrar en una universidad, obtener títulos, empleos y dinero. Sin embargo, los temas sobre desarrollo humano y búsqueda de la felicidad, casi no se contemplan.

En pleno siglo XXI, llenos de avances tecnológicos y conexiones que cruzan la Tierra entera, los seres humanos no podemos hablar todavía de nuestra propia felicidad y menos aún podemos trabajar para construirla.

La depresión es todo un tema en los países desarrollados, más aún en aquellos con altos niveles económicos, porque la gente ha perdido totalmente las razones para vivir, y se pasa los años en la búsqueda de elementos que no le llenan ni le complacen del todo.

Así como en la India, la educación para la felicidad debería ser un tópico obligado, un debate necesario para que cada uno se cuestionara, desde su propia situación, qué camino quiere seguir para satisfacerse a sí mismo y llevar una vida que le permita sonreír.

Finlandia es otro país que trabaja en hacer felices a sus habitantes. Ahí los niños tienen, por mandato del gobierno, muchas horas para jugar y para desarrollar sus talentos, sin que eso impacte negativamente en sus niveles académicos.

Sí, Finlandia también tiene una economía elevada y uno de los mejores niveles de bienestar de todo el planeta. ¿Será tal vez porque han trabajado en buscar la felicidad y no tanto en acumular riquezas?

@LAGOTADERRAMADA