Las niñas-esposas

A los 12 años, casi todas las niñas están entrando en la pubertad, empiezan la educación secundaria, tienen amigas, hablan por teléfono, cantan, gritan y se emocionan porque es natural a su edad. Es en esa edad cuando, casi por inercia, empiezan a cortar con la infancia y dejan ver en sus vidas los primeros signos de que están creciendo.

En un mundo normal es así, es sólo, según las estadísticas, que cada año 7.5 millones de menores son obligadas a casarse a esa edad y quizá más jóvenes, aún cuando ni siquiera han dejado de ser niñas y con hombres mucho mayores.

Asia, África y América son los tres continentes del planeta, donde más abundan los matrimonios infantiles, un mal que se justifica por usos religiosos y culturales, y en especial en sectores donde abunda la pobreza.

Incluso en México hay estados donde la ley permite a las menores casarse, lo que es aprovechado por muchos padres para venderlas en una especie de negocio o trueque de mercancías.

No sólo se trata del absurdo de un matrimonio con una niña, también es que esa es sólo la puerta hacia la explotación sexual, abusos, violencia, trata de personas, embarazos no deseados y un montón de agresiones contra ellas, que parecen imposibles de frenar.

Es difícil de entender, sobre todo para quienes viven en el Primer Mundo, que a una niña se le corten las alas y se le obligue a volverse mujer de una manera tan abrupta, en un momento en que ni siquiera la biología se lo permite, pero el crimen se justifica so pretexto de que así es la cultura y no hay de otra.

@LaGotaDerramada

Deja un comentario