Ya no solamente los humanos del siglo XXI hacemos relaciones sociales con otros humanos, a través de teléfonos o computadoras. A estas alturas, y gracias a la penetración de la tecnología en nuestras vidas, ahora comenzamos a relacionarnos con entes virtuales, no humanos.
En países como China y Japón, donde las relaciones humanas hace tiempo que se han vuelto un asunto raro, ahora es común que las personas tengan relaciones sexuales con robots, muñecos que emulan el cuerpo físico de una persona real, e incluso tienen expresiones parecidas.
También en Japón una empresa está comenzando a vender esposas de holograma. Tal como alguna vez vimos en las películas de ciencia ficción, ahora las personas serán sólo una imagen que tendrá gestos, reacciones y conversaciones interesantes.
Esta situación nos habla de que siete mil millones de seres humanos en el planeta, ya no son suficientes para hacer relaciones, ahora hay que recurrir a máquinas y creaciones artificiales para eso.
Irónicamente, estamos en el tope de la sobrepoblación, pero lo que nos satisface en nuestro interés gregario no son las personas, sino las pantallas, las máquinas y los asistentes virtuales.
Siri es el asistente virtual de Apple, una voz que te responde a todo lo que le preguntas y hasta te puede hacer una conversación amena. Incluso existen maneras en que ella puede ser sarcástica, o puede querer molestar o asustar a sus usuarios, como si fuera una persona con voluntad propia.
Al paso que vamos, seguramente un día de estos, un holograma será programado para hacer el amor y producir orgasmos monumentales a sus compradores. Ya no estamos muy lejos de un mundo en el que las relaciones humanas queden tan frías como un teclado o un mouse, de computadora.