La edad del abandono

Sabemos que las personas mayores dejan de poseer una vida laboral útil  y además de dejar de aportar, comienzan a necesitar cuidados especiales y a generar gastos extra en la familia. Situación que puede llegar a causar estrés, tensión y conflictos en la familia, cuando no se cuenta con los recursos suficientes.

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Al saber que ha producido una fractura con las personas allegadas, el anciano tenderá a desplazarse a un rincón de la casa, reduciendo aún más su núcleo social y la interacción con los demás, provocando depresión y aislamiento.

Otras cosas lamentables que pueden ocurrir, se presentan cuando los hijos o las personas a cargo, se apoderan de los bienes materiales del adulto mayor, aprovechándose de su fragilidad, falta de memoria o dependencia. Es aquí cuando el abandono cobra sentido, cuando al dueño se le ignora o, en peores casos, se le agrede ( ya sea física o verbalmente)  y en la mayoría de los casos se les desplaza, llevándolos a asilos o albergues, en contra de su voluntad.

En consecuencia, las familias pierden a miembros clave para continuar con el aprendizaje y experiencia. Denotando socialmente una pérdida de identidad y fomentando la extinción de la transmisión cultural, que se transmite de generación en generación.

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En las cifras del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, se afirma que de cada cien personas de la tercera edad, 60 son ingresadas a centros gerontológicos, presentando rechazo o total abandono por parte de sus hijos, además de carecer de recursos económicos.

En México, existe una población de 8.5 millones de personas mayores de 60 años de edad, y de acuerdo con las proyecciones del crecimiento poblacional, en el año 2020, esta cifra se incrementará a 15.6 millones.

Para que las personas puedan ingresar al Centro Nacional Modelo de Atención, se requiere:

  • Que el adulto mayor carezca de familia, vivienda, recursos económicos, padezca de rechazo familiar o abandono,
  • En caso de contar con recursos económicos suficientes, el adulto mayor debe estar en dicho Centro, de acuerdo con su ingreso.

No se trata sólo de abandonarlos, puede llegar a ser difícil cuidarlos, sin embargo, hay que tener en cuenta que durante nuestra infancia fueron ellos quienes nos cuidaron y nos alimentaron.

Fuentes:

Salud 180

@LAGOTADERRAMADA

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