El planeta Tierra posee dos islas hechas completamente de plástico, botellas de PET que fueron lanzadas al mar, y que ahora conforman masas deformes del tamaño de un país.
El ser humano, por su parte, es la criatura más asquerosa viviendo sobre la Tierra, tan asquerosa que ha sido capaz de lanzar mucha de su basura al mar, destruyendo con eso hábitats enteros, colonias de animales marinos, arrecifes, y toda clase de elementos de la naturaleza que ya no son recuperables.
Cada año se producen 300 millones de toneladas de plástico a nivel mundial, en la forma de botellas y bolsas que, además no se degradan, pierden rápidamente su vida útil y se acumulan por montones.
Aunado a lo anterior, el plástico libera partículas al ambiente, pequeñas moléculas contaminantes que se van al aire, al agua y al estómago de los peces, que luego se convierten en alimento. Indirectamente estamos comiéndonos ese plástico que antes tiramos como simple basura.
La gran pregunta a todo esto es: ¿por qué, si el plástico es más un problema que una solución, no hemos dejado ya de producirlo? Y la respuesta es simple: el plástico es un derivado del petróleo, el petróleo es un negocio multimillonario y no va a dejar de venderse, solamente porque ya no sabemos dónde meter tantas botellas, bolsas, envolturas y otra enorme cantidad de porquerías.
El plástico es ese gran invento que nunca debió hacerse; en el siglo XIX este elemento apareció como una solución a muchas de las necesidades del hombre moderno, un sustito de materiales más costosos, y la oportunidad de generar nuevos mercados.
La revolución de plástico trajo a nuestras vidas varias necesidades completamente inventadas, como la comida empacada que más bien atiende a la flojera y un día a día donde ya comemos lo que sea; las botellas plásticas sustituyeron a las de vidrio, ¿alguien sabe para qué?; las bolsas de plástico solamente aparecieron para ocupar espacio en los anaqueles de las casas, muy pocos vuelven a usar la misma dos veces y además no resisten, son basura inútil.
En la actualidad hay algunos intentos por acabar con el plástico que invade el mundo, incluso muchas marcas de ropa ya empiezan a hacer sus prendas con fibra derivada de botellas y bolsas, lo que abarata los costos de su material y le da uso a los desperdicios de la humanidad.
El camino para acabar con el plástico aún es muy largo, sólo estamos en el comienzo de una enorme lucha de la sobrevivencia humana, contra la avaricia y la estupidez.