¿Recuerdan cuando viajábamos a cualquier lugar con la familia, con amigos o con la pareja y no existían los celulares ni las redes sociales?
Esos momentos eran únicos, realmente convivíamos y disfrutábamos, pero en los últimos años las personas nos hemos vuelto adictas al uso extremo del celular, sin darnos cuenta, muchas veces, de lo que tenemos al lado.
Las redes sociales y el internet nos han ayudado bastante a comunicarnos con personas, encontrar lugares maravillosos para visitar, etc. Pero parece necesario llevar siempre nuestro celular e incluso hay gente que preferiría olvidar su maleta, pero su móvil no.
Principalmente los jóvenes son los que están más apegados al uso del celular, ya que obtienen respuestas rápidas a todo lo que están buscando, pueden mostrar en sus redes sociales dónde están y presumir qué tan maravilloso es el lugar que visitan, pero ¿realmente lo estarán disfrutando?
Esta costumbre la hemos pasado a generaciones más jóvenes, quienes prácticamente desde pequeños están conviviendo con la tecnología; hay padres que simplemente le dan el celular a sus hijos para que dejen de llorar o se entretengan mientras realizan otras actividades y no los molesten.
Pero no todo está perdido, pues hay personas que realmente creen que es necesario un breve descanso de la tecnología y viajan a algunos lugares donde no hay internet, como una forma de “desintoxicarse” del mundo.
¿Les gustaría viajar sin conexión a Internet, sin poder comunicarse, para tener un buen descanso?
No estaría mal olvidarse de todo unos días y regresar con más ánimo a nuestras actividades cotidianas.
@LaGotaDerramada