¿Habrá algo más corrosivo, más alarmante y decadente que la indiferencia a niveles como para ser considerada patológica? Creo que la respuesta resulta un tanto ambigua, pues tendríamos que hablar de un contexto sociocultural y geográfico es específico.
Bueno, ¿y qué tal si la epidemia de indiferencia permitiera que otras epidemias llegaran a abatir al ser humano? Estas y otras preguntas dan cuerpo al presente artículo, donde hablaremos sobre la epidemia de indiferencia y sus estragos en los seres humanos.
La indiferencia puede ser cruel y en efecto lo es cuando hay personas afectadas.
Cuando decimos que el Coronavirus está encadenado a la indiferencia, nos referimos a que fue una epidemia que tomó por sorpresa al mundo, pero ya con pleno conocimiento de su existencia, hubo países que tardaron en proponer medidas sanitarias, incluso no colocaron cercos previsorios en los aeropuertos, o de plano, no cerraron rápido los vuelos que provenían de zonas donde se tenía registros de la epidemia, como fue el caso de México.
Así es, este pequeño acto hizo que el país se diera cuenta de algo: nuestros gobernantes estaban siendo indiferentes ante la situación, al pensar que no llegaría tan rápido a nuestro país, al no tomar las medidas necesarias. Luego, la población hizo caso omiso los primeros días a las medidas, ya que se habían implementado, cuando comenzaron a caer los primeros humanos… Todo cambió.
Si la indiferencia no hubiera tenido injerencia en este asunto, se podrían haber salvado muchas vidas, así es que por eso se piensa en la indiferencia como una epidemia más grave incluso que otras que han asolado a la humanidad. Es una epidemia perenne.
Esta epidemia es más grave en el entendido de que, no es necesario enfrentarse a una epidemia biológica para que cause estragos en la vida de la población. Es grave ser indiferente ante una enfermedad, ante las reglas de tránsito, ante las reglas de seguridad industrial, frente a una persona en peligro o herida, etc. Y la indiferencia podría llevar a otros problemas más graves como la negligencia, por ejemplo, lo cual sería más complicado y terrorífico.

¿En qué punto la humanidad pasó de preocuparse por su propia raza a ser ajeno a ella? Podría haber miles de causas y puntos históricos en que pudo suceder esto, sin embargo, sería complejo responder a un asunto tan vasto. Conformémonos por ahora con decir que la indiferencia es la forma en que el ser humano olvida a los suyos para concentrarse en sus asuntos personales.
Después de todo somos lo que bebemos, lo que comemos, lo que escuchamos y las personas a quienes conocemos, con quienes nos cruzamos en la vida. Parece que siempre olvidamos lo último, lo humano.
@lagotaderramada
Fuentes:
La Hora.gt, “La gran epidemia: la indiferencia”, [Fecha de consulta: 10/11/2021]. En:
Ethic, “No hay mayor pandemia que la indiferencia”, [Fecha de consulta: 10/11/2021]. En: