Quizá uno pueda pensar que el verano sólo tiene cosas buenas, sin embargo, con él pueden también venir distintas cuestiones que no son agradables, por ejemplo, algunas fobias. Por lo curioso del tema y la importancia que denota, en el artículo de hoy hablaremos acerca de algunas de estas fobias veraniegas.
Una de las fobias más frecuentes en el verano es la talasofobia, o el miedo a los grandes cuerpos y masas de agua, sobre todo, está asociada al océano abierto. Las personas que la sufren no tienen que estar cerca del mar para temerle, basta con imaginarlo siquiera, ver una imagen, video, etc.
La causa más probable de la talasofobia suele ser siempre un trauma previo relacionado al océano, sin embargo, también puede deberse a la falta de conocimiento sobre éste.
La deshabiliofobia también es común y tiene que ver con las situaciones en que las personas se tienen que quitar la ropa frente a otras. Aunque, también puede ser que la persona experimente este miedo estando sola.
Esta fobia puede haber nacido con un trauma relacionado a estar desnudo frente a otras personas, por ejemplo, si se tuvo un evento traumático en un baño público, en las duchas del gimnasio, etc.
Por último, la aerofobia se relaciona con el miedo a volar y puede o no estar ligada a un trauma previo, pues, aunque es lo más común, en ocasiones, puede estar ligada con tragedias al subirse a un avión, películas o historias de otras personas acerca de incidentes al volar. Incluso, podría deberse a haber visto noticias sobre accidentes aéreos.
Cada una de las fobias antes mencionadas deben abordarse con profesionales. Usualmente se tratan por medio de terapias cognitivo conductuales, sin embargo, cada profesional buscará la más adecuada en cada caso.
Recordemos que la ayuda profesional será siempre la primera línea de acción, no se puede dejar de lado.
Fuentes:
Hacer Familia, “Las 5 fobias más comunes del verano”, [Fecha de consulta: 05/07/2022]. En:
Hola, “El verano también trae sus fobias. ¡Estas son las 5 más comunes!”, [Fecha de consulta: 05/07/2022]. En:
La gota derramada 