La contaminación visual es todo aquello que afecta o perturba la visualización de una determinada zona o rompe la estética del paisaje. Por desgracia cada vez nos encontramos más con este problema, tanto en las grandes ciudades como en las zonas rurales.
El cerebro humano tiene una determinada capacidad de absorción de datos que se ve superada por la enorme cantidad de elementos «no naturales» en el paisaje, que además van cambiando constantemente, todos ellos saturan nuestro cerebro llegando a un límite más allá de nuestra capacidad para procesarlo.
Así como cualquier tipo de contaminación, esta también tiene sus consecuencias.
• Estética paisajística afectada.
• Disminución de la eficiencia.
• Dolor de cabeza.
• Mal humor.
• Estrés por saturación de elementos y colores.
• Trastornos de atención.
• Alteraciones del sistema nervioso.
• Accidentes ocasionados por obstrucción visual al conducir.
Sin embargo, existen opciones que pueden ayudar a atenuar los efectos de dicha contaminación.
· Reducir la cantidad de anuncios, ya que vivimos en un mundo de publicidad excesiva).
· Hacer un seguimiento de normas urbanísticas racionales, evitando elementos agresivos o recargados.
· Mejorar las normas y leyes urbanísticas para favorecer la salud en este sentido.
· Optar por una forma de vida en la que haya menos consumismo.
· Concienciar y educar a los más jóvenes de que existe este problema, el cual suele pasar bastante desapercibido, para que se siga estudiando y en un futuro, esperemos que no muy lejano, se hallen más soluciones a la contaminación visual.
