Los opiáceos son medicamentos que funcionan como analgésicos sobre el sistema nervioso, disminuyendo o desapareciendo el dolor, sin embargo, cambian la forma en la que el cerebro se comunica con nosotros, restablecen los niveles de una proteína vinculada al sistema que provoca que una persona caiga en la dependencia.
Desafortunadamente muchas personas han muerto por sobredosis al consumir esta medicina; en 2017, en Estados Unidos, alrededor de 72 mil personas murieron por esta causa.
Cerca del 29% de las personas a las que les recetan estos medicamentos es para tratar el dolor crónico, pero entre el 8% y el 12% desarrollan un trastorno.
Entre el 4%y el 6% de los consumidores la utilizan como droga para consumir heroína, se estima que el 80% de las personas que han consumido heroína abusaron antes de los opides.
Por si fuera poco, existen más muertes registradas por el consumo de opiáceos que por VIH, accidentes de tráfico o armas de fuego.
Existen varias demandas en contra de los fabricantes de estas sustancias por no advertir a los usuarios de las consecuencias.
Afortunada o desafortunadamente, algunas empresas encargadas de fabricar esta medicina están en quiebra, sin embargo, a pesar de que lamentan esta crisis, aseguran que el problema no se detendrá.
Esto abriría un debate, pues algunas personas realmente lo consumen para aliviar el dolor, pero otras sólo lo usan como una droga.
@LaGotaDerramada