Todas las personas necesitamos de compañía, pasar un rato con los amigos, familia o pareja; cuando se tiene un mal día hay alguien que está ahí para escucharnos, pero, ¿qué pasa cuando esto se convierte en una necesidad insistente?, ¿cuándo nos da temor estar solos?
La soledad no siempre significa el aislamiento, tristeza o dolor, también nos sirve para conocernos mejor, pasar un tiempo en donde nada ni nadie nos moleste, ya sea viendo la televisión, escuchando música o durmiendo.
Sin embargo, para algunas personas estar solas es algo terrible, necesitan de una persona para poder sobrevivir o hacer actividades, entran en un estado de angustia, desesperación, tristeza o enojo cuando no hay nadie con ellas.
Un claro ejemplo de esto son las relaciones de pareja, en muchas ocasiones las personas confunden el amor con la codependencia, controlan a la pareja en todos los aspectos con tal de mantenerla cerca y en algunos casos llegan a permitir cualquier tipo de abuso con tal de que no las abandonen.
Les aterra la idea de estar solos, piensan que sin esa persona no serán nada o su vida se acabará, que no podrán hacer nada, incluso llegan a considerar o amenazar con acabar con su vida si los dejan.
Muchas situaciones así suceden alrededor del mundo, no necesariamente con la pareja, también con los amigos o familiares.
Parecería simple decirles, “no pasa nada” o “es mejor estar solo, que mal acompañado”, pero para una persona con temor a la soledad no es fácil y cualquier consejo que escuchen, no lo tomarán en cuenta, pues su miedo a la soledad es más fuerte. Muchas personas entran en pánico, incluso padecen de ansiedad y solo están tranquilas si están en compañía de alguien.
Realmente estar solo no es malo, pues te ayuda a conocerte mejor, disfrutar placeres para uno mismo y a no depender de nadie para hacer las cosas que quieres.
Si te sientes solo puedes buscar algunas actividades para mantener tu mente ocupada, hacer algo que te guste, salir con amigos que no has visto o de compras, un sinfín de actividades, recuerda el dicho que dice: “Una mente ocupada, no tiene tiempo de extrañar a nadie”.
@LaGotaDerramada