
Hubo días en los que no me daba tiempo ni de comer, estaba saturada de juntas, incluso se convirtieron en meses donde sin importar que era sábado o domingo respondía correos o asuntos pendientes y sentía que dormir 5 horas era un privilegio.
Seguro te parecerá conocida esta situación y es porque el estrés que existe en diferentes trabajos ocasiona que esto se convierta en parte cotidiana de nuestra vida. Lo enfatizo de tal forma porque nuestra jornada laboral va más allá de 8 horas o hasta 12 que dicen algunos contratos. Pero, ¿qué pasa cuando comienza a bajar la carga de trabajo?

Seguramente responderás que sientes un hueco o cierta rareza, incluso te sientes mal por no estar haciendo algo y es tan común que después de lleva una rutina de esfuerzo y sobre carga de responsabilidades te sientas así, pero ¡no está mal descansar! Puede pasar por tu cabeza que no estás siendo productivo y quieres buscar actividades, pero tu cuerpo y mente también merecen reposar.
Claudia Hammond, presentadora del programa de BBC Radio 4 «Todo en la Mente» y autora del libro «El Arte del descanso», cree que «estar ocupado se ha convertido en una cuestión de honor. Se ha vuelto algo que esperamos de nosotros mismos y de los demás».
Es como si estuviéramos en una constante obra, donde cientos de espectadores aprecian nuestros actos y no podemos defraudarlos dándoles “nada” y lo digo así, justo entre comillas, porque al descansar igual haces algo, permites que tu mente y cuerpo se despejen, y que quizá en ese momento surja un proyecto o que quizá al día siguiente rindas más.
Cuando estés lleno de responsabilidades cuestiónate ¿tengo que hacer todo esto yo sola?, ¿en realidad todo es tan urgente como para sacrificar mi sueño u hora de comida?
No olvides que tu prioridad es tu bienestar, el trabajo es como el quehacer, diría mi mamá, nunca se termina.
@lagotaderramada