Las redes sociales nos han ayudado a conectar con amigos, familiares, encontrar entretenimiento y hasta trabajo, pero existe un lado oscuro en el que algunas personas las utilizan para expresar su tristeza, depresión, odio, amenazas y hasta el suicidio.
El suicidio es la segunda causa de muerte a nivel mundial, ya que se registran alrededor de 800 mil casos al año, generalmente de jóvenes entre 15 y 29 años.
Un estudio realizado por Centros de Control y Prevención de Enfermedades, en Estados Unidos, indicó que los suicidios aumentaron considerablemente entre 2010 y 2015, e insinuó que uno de los factores detonantes podrían ser las redes sociales.
En las redes sociales, las personas que se suicidan suelen dar pistas de lo que quieren hacer, de cómo se sienten, dejan cartas de despedida e incluso lo hacen en vivo para sus seguidores.
Un ejemplo es el caso de una chica de 16 años, en Malasia, que creó una encuesta vía Instagram en donde preguntaba: “Realmente importante, ayúdame a elegir” y las respuestas eran vivir o morir.
El 69% de los usuarios votaron para que muriera; la menor fue encontrada muerta desangrada en su habitación.
Otro caso ocurrió en México, cuando debido a las denuncias en redes sociales del movimiento MeToo, en donde exponían el acoso que sufrían las mujeres por parte de gente famosa o importante, el bajista del grupo Botellita de Jerez, Armando Vega-Gil, dejó una carta en su cuenta de Twitter explicando su inocencia, pero asegurando que se quitaría la vida.
Si bien, las redes sociales nos sirven para expresarnos, también son de gran ayuda para detectar si una persona está pensando en el suicidio o se encuentra muy deprimida y así poder ayudarlos.
Esto es una función que Facebook ha implementado en Estados Unidos, detectará si la persona escribe estados depresivos, canciones tristes o postea que ya no puede más, podrá chatear con una persona que sobrevivió al suicidio para ayudarla o contactar con organizaciones especializadas en el tema.
@LaGotaDerramada