Aunque la propia educación que nuestros padres nos brindaron respecto a la maternidad, lo que aparece en la televisión, las películas o la literatura indiquen una cosa, la realidad de tener hijos es mucho más avasalladora. Incluso, la realidad llega a complicarse tanto que algunas madres pueden presentar fobia a hacerle daño a sus propios hijos, situación que marca sus vidas por completo.

El miedo que hace a las madres tener pensamientos sobre lastimar a sus hijos, a ellas mismas, u a otra persona, se conoce como “fobia de impulsión”.
Para poner los datos duros sobre la mesa, cerca del 40% de las madres que sufren depresión posparto tienen este tipo de pensamientos, es decir, si les ha sucedido, no se preocupen, es algo normal, por decirlo así.

No tienen de qué preocuparse, mamás, este tipo de pensamientos no llegan a plasmarse en acciones, por lo que no hay que temer, más bien, se deben a una gestión inadecuada del contenido mental.
Para entender el trasfondo de esto, se debe destacar que la mente puede llegar a tener cerca de 60.000 pensamientos por día. En seguida, podríamos comparar a nuestra mente con una rocola, en el sentido de que en las rocolas pueden escucharse un sinfín de canciones y de artistas variados, entonces la mente es así, uno no elige lo que piensa todo el tiempo, los pensamientos se emiten como canciones en modo aleatorio.

En este entendido, nuestra mente podría tener pensamientos que correspondan a nuestra personalidad y realidad, o que sean completamente diferentes a ellas.
El problema de este tipo de pensamientos “intrusos” en las madres sobre hacer daño a sus hijos, recae en que afecta su propia relación con ellos, es decir, la relación con los hijos no vuelve a ser la misma a partir de haber tenido este tipo de pensamientos.

Una madre que sufre de esta fobia puede comenzar a aislarse de sus hijos, a poner barreras con ellos (mecanismos de evitación), hasta el punto de tener un contacto mínimo, o en casos extremos, abandonarlos.
Para poder controlarlo se recomienda no dar credibilidad a este tipo de pensamientos, dejarlos ir y pasar a otra cosa. En seguida, se debe abandonar la idea de pasar menos tiempo con los hijos por este miedo a lastimarlos, ya que, esto sólo hará que el problema no encuentre solución, además, así se afrontará el miedo y se probará que tienen control sobre su conducta.
Ya que la fobia de impulsión puede ir acompañada de alguna patología, por ejemplo, la depresión posparto, o algún trastorno obsesivo-compulsivo, se recomienda siempre buscar ayuda profesional.
Los profesionales decidirán cuáles son los mejores tratamientos en cada caso, puede que éstos incluyan medicación, o solamente terapia. No dejen de asistir con sus especialistas si es su caso.
@lagotaderramada
Fuentes:
Eres Mamá, “El miedo a hacer daño a mis hijos o fobia de impulsión”, [Fecha de consulta: 04/10/2022]. En:
Psiquion, “Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): fobia de impulso”, [Fecha de consulta: 04/10/2022]. En: